El debate sobre la bici en las ciudades aburre

Llevamos unos años bastante divertidos con el debate sobre el uso de la bici en las ciudades. Básicamente, desde que algunas ciudades han querido potenciar su uso, y han puesto facilidades para que la gente se desplace con mayor "seguridad", con la creación de más carriles bicis o alquiler público de bicicletas. Esto ha generado nuevos ciclistas, con mentalidad de peatón, que actúan igual que que cuando se desplazaban caminando, sin darse cuenta, que ahora son más peligrosos, porque se desplazan a mayor velocidad, y con un vehículo que en caso de atropello, puede ser muy peligroso.

A partir de aquí, a mi sinceramente me aburre el debate sobre la bicicleta. Me parece monótono, sin sentido, y en la mayoría de casos con argumentos tontos, que lo único que hacen es evidenciar el poco respeto que tiene la gente, por todo aquello que no es de su agrado.

Foto: elperiodico.es donde se ve al motorista en el carril bici

 La bici no es peligrosa, igual que no lo es un coche, una moto, un autocar, un camión... el peligro es la persona que hace uso de ese vehículo. Todo se reduce a sentido común, respeto por las normas y tener más civismo. Hay que empezar por trabajar desde la educación vial, para que TODOS, incluidos peatones, sepan como moverse por una ciudad. 

Carril bici ancho, espacio entre carril bici y arboles amplio y a la derecha muchos metros para los peatones. Es habitual ver corredores por el carril bici e incluso peatones.

 Por desgracia, ninguna de las partes implicadas en el "conflicto", que genera la bici en la ciudad, está libre de pecado. Peatones, motoristas y automovilistas tienen mucho que callar, tanto o más que los ciclistas. Ya va siendo hora que la gente deje de mirarse el ombligo, y empiece a pensar que no está solo en el mundo.  Hay demasiado amargado suelto deambulando por las calles. Posiblemente este sea el verdadero conflicto. El amargado que va con su bici como un elefante entra en una cacharrería. El loco, desquiciado, que iría chafando cabezas de ciclistas, simplemente porque le molestan.

Tenía espacio suficiente para parar en la esquina, pero ni se molestó en dejar bien el coche, total para que? Ya se apartará el ciclista

 El ciclista muchas veces se salta el semáforo, generando peligro, o circula por la acera de una manera inapropiada. El peatón cruza en rojo, mucho más de lo que lo hace un ciclista, y a esto le sumamos que cruzan por mitad de la calle, sin mirar, y se pasean por los carriles bici. Sino lo hacen ellos, lo hacen los perros de algunos, con correas kilométricas. Las motos no respetan los semáforos, van por la acera, por los carriles bici, aparcan donde les da la gana y en muchos casos, ver la conducción entre coches, es todo un espectáculo y muestra de poco amor a la vida. Eso si, ellos pagan su seguro y su impuesto de circulación y llevan asco. Algunos con esto parece que tienen derecho a ir pisoteando a todo aquel que no paga ni seguro ni impuesto de circulación. Los coches, 3/4 de lo mismo. Cruzar en Barcelona, sobretodo los pasos de peatones con giro, es todo un arte, digno de los mejores recortadores. No se respetan semáforos, aparcan encima de los carriles bici, invaden el carril bici en los giros sin mirar, se para un momentito en el paso de peatones, la parada del autobús... Realmente, algún colectivo puede sacar pecho? Aquí todos tienen mucho que callar, y si lo pensamos, se puede simplificar a una cosa. La gente se salta las normas por donde le sale de las narices.

Este repartidor de agua a domicilio encontró el sitio perfecto para descargar. En medio del carril bici.

Cierto que siempre se pueden ir haciéndose pequeñas cosas, para que todos nos entendamos mejor dentro de la ciudad, pero aun así, dependeremos de que conductores y peatones respeten las normas. Sin eso, cualquier mejora que se haga, ayudará algo, pero los problemas seguirán existiendo.

Otra camioneta que encontró un buen sitio para aparcar.

Conclusión, quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Y como aquí no se salva nadie, todos calladitos que estamos más guapos. Por desgracia, decir tonterías sabemos todos, pero aportar soluciones interesantes, está al alcance de muy pocos.