4 de mayo de 2016

Segundo podium del año en Esplugues

El 24 de abril, en Esplugues se celebró la 6ª edición de la carrera solidaria del Hospital Sant Joan de Deu. Para mi era la 5ª participación, y espero que sean muchas más. Este tipo de carreras vale la pena correrlas, no solo porque el nivel organizativo es bueno, sino también, porque el hecho de que sean solidarias, hace que pagar la inscripción se haga con gusto, y no se esté mirando si me cobran a 1€ el kilómetro, o 1,20€.

El corredor encontrará todas las comodidades en esta carrera. Si no se les va de las manos el número de inscritos en alguna edición, de momento la recogida de dorsales es ágil, el guardarropa va funcionando, servicio de duchas enfrente mismo de la llegada, circuito bien señalizado con pasos kilométricos y voluntarios. Bolsa del corredor justita, con el caldo aneto y una camiseta. Carreras infantiles, importante en la promoción de cualquier deporte. Si miramos el conjunto, es una carrera que lo tiene todo. Incluso la ubicación es buena. La zona de salida y llegada es amplia, con una gran plaza, y un parque cerca.
De mi estado físico poco puedo decir. Sigo con mis entrenos de mínimos, pero voy salvando las semanas. Digamos que estaría en esa época, en que si tuviera que pasar un examen y me pusieran nota a los entrenos, la profe me pondría un 4,8 al volumen, y yo iría a revisión de examen y por actitud me pondría un 5. Entreno poco, pero de calidad.

La carrera empezaba tarde. Muy tarde. A mi ya me gusta esto de no tener que madrugar. Después de recoger el dorsal, calentamiento corto y para la salida. Últimas charlas presalida y esperando el pistoletazo.
Pistoletazo de salida y Montllor que no quería hacer amigos y ha decidió torturar al personal desde la salida. Me quedé bastante encerrado en la salida, por culpa de esa gente que sale muy lenta, pero quiere salir en la foto en primera fila. Perdí poco más de 15 metros, más o menos, pero si el que tira, está rondando ritmos de 3 min/km, para entrar tienes que dejarte la vida.

Y eso más o menos es lo que hice. Recortar poco a poco, para acabar entrando a los 750, 800 metros de carrera. En ese momento, conmigo se forma un grupo de 4, siempre tirado por Montllor, un marroquí que no le pasó hasta que faltarían 800 metros para final de carrera, otro corredor, y yo con el gancho cerrando el grupo. Así llegamos al km 2 que pasaríamos en 6:11, gracias en parte al terreno favorable de este primer tramo. 

Llegaba la parte dura de carrera y el grupo se rompía. Empezaba la subida, por delante 2 y por detrás 2. Al poco de empezar a subir me puse 3º, pero justo al coronar me pasaba otro corredor, que venía desde atrás, y volvía a ponerme 4º. Me pasó como un avión. Al coronar la subida, larga bajada con viento de cara. Lancharro, que me había pasado subiendo, me iba metiendo metros, pero parecía que nos íbamos estabilizando.
Ahí voy persiguiendo a la altura del paso peatones  Foto: Corresolidaris
 Así llegábamos al km 4. Donde tocaría comerse otra subida buena. Ahí me pegó un bajón, pero intente estar muy centrado en la carrera, no perder el ritmo de respiración, intentar mantener una buena zancada y evitar la explosión que estaba cerca. Esta tontería me permitió volver a coger ritmo cuando la carretera perdió inclinación, y poco a poco me acerqué al corredor que me precedía. 

Aquí ya iba reventado, pero tenía que confiar en mi final. Seguramente no es el mejor del mundo, pero estas últimas carreras, en las que me está saliendo todo bien, el último kilómetro lo acabo con fuerza. Al llegar a la altura del 3º, no podía seguir con mi ritmo. Es un tío con motor, con buen final, y un sufridor. Si no me sacaba un cambio de ritmo, seguro que se me iba a pegar como una lapa, y jugármela a un sprint, con lo tocado que iba, no era buena idea.
Momento de sufrimiento extremo      Foto:Esther Pinheiro
Llegué y cambié. Posiblemente solo yo me creo que cambié, y pegué un palo de peseta. Pero os aseguro que mi cerebro, envió la señal de cambiar. Pude abrir un poco de hueco. Era vital hacerlo. Esto es como en la bici. Cuando atacas, la guerra psicológica, muchas veces la pierde el primero que se sienta en el sillín.

Seguia sufriendo         Foto:Esther Pinheiro
Ya queda menos para acabar   Foto:Esther Pinheiro
Es como el derrotado. Aquí abrir el hueco suficiente era vital, para que él no pensara en cazarme, sino en no ser cazado. Gracias a eso pude dejar de agonizar a falta de 100 metros para meta, para entrar en 3ª posición con 16:48.

Podium guardería con Carles Montllor      Foto: Esther Pinheiro
Si alguien ha leído las crónicas de las carreras anteriores, ya veréis, 3 carreras y 3 situaciones diferentes. Desde la carrera de gracia, en que todo sale fácil y ganas bien. A Hospitalet en el que tuve un día buenísimo, la carrera salió redonda y la marca fue buena. Hasta llegar a esta, en la que vas a contrapie, seguramente con unas sensaciones bantante peores a las otras 2 carreras, pero que con esfuerzo y confianza, también acabó saliendo una buena carrera. La base de las 3, es la misma. Buen estado de forma, pero eso no garantiza siempre hacer una buena carrera, y para mi, tener esta continuidad era importante.


No hay comentarios:

Publicar un comentario