16 de noviembre de 2015

Behobia SS: Luces y sombras

El domingo 8 de noviembre disputé, la que según dicen, y así también lo creo yo, es la mejor carrera de España. La Behobia San Sebastian. Una carrera, que con la edición de este año, suma un total de 51. Un fin de semana corto, pero intenso que dio para mucho y que me obliga a alargar la crónica un poco más de lo habitual. Así que la dividiré en 3 partes y que cada uno lea lo que quiera.
Previa: organización y sensaciones
La organización, desde mi punto de vista cuida muchisimo los detalles. Siempre, como en todos lados, esta el típico corredor que se queja de detalles, y ve mejores otras pruebas. Yo no sabría deciros que le falta a la prueba. La recogida de dorsales y feria del corredor, no tienen nada de especial. Son como muchas otras carreras. La organización da la opción de sacar el billete del tren por 1€ en la recogida de dorsales, pero la cola que había que hacer era interminable. Donde yo creo que carrera marca la diferencia es en la competición en si.
El corredor dispone de autocares lanzadera, desde los trenes a la salida. El guardarropa es enorme, y no hay que hacer prácticamente cola. Las salidas de los corredores están perfectamente marcadas. Hay lavabos por todos lados. Pantallas gigantes para amenizar la espera a la salida, con imágenes de los cajones, y los corredores calentando. Hay avituallamientos cada 2,5km. Según he leído, en alguno de ellos no quedaba agua. Relativamente grave. He hablado con gente que en el km 5 no cogió agua, porque no quedaba, pero si cogió en el resto. Así que, aun siendo mejorable, no es como para poner el grito en el cielo. Pude ver mucha asistencia médica repartida a lo largo del recorrido, incluso me han dicho, que los diabéticos cuentan con unos puntos de control especiales, por si lo necesitan. También hay taxis en diferentes zonas para que el corredor retirado pueda volver a la llegada, sin necesidad de tener que esperar al coche escoba. A todo esto le sumamos un público de 10, entregado a los corredores al 100%, que llena el recorrido en su totalidad, y realmente le podemos pedir algo más a una competición?

En lo personal llegaba a la carrera  bastante fastidiado.Sigo sin levantar cabeza. El miércoles entrené, el jueves no pude porque estaba fatal del estómago, incluso pensé que podría quedarme sin correr el domingo. El descanso del jueves me sentó bien, y el viernes probé a salir un rato a ritmo suave. Es curioso ver, como la forma no me abandona del todo. La verdad que me encuentro con gas en muchos momentos, pero últimamente, entre alergia y costipado... no puedo tener la continuidad que me gustaría. Aun así quise probarme, e intentar salir a buscar una buena marca.
Todo preparado para viajar
El día antes
Mi viaje empezó el sábado a las 7:30. Tren Alvia con destino a Irun. 5h 30 min de viaje. No se hacen muy pesadas. El tren, desde mi punto de vista, es un medio de transporte bastante cómodo. Llegada a San Sebastian a las 13h. Me encontré con mi amigo Jotxean, con el que iba a pasar el fin de semana. Con él y su pareja. De ahí directos a recoger el dorsal y a comer. Tarde de turismo en el Monte Igeldo, desde donde se pueden hacer unas fotos muy bonitas, aprovechando la caída del sol. 
Con mi amigo Jotxean en Igeldo


Si queréis emociones fuertes, no dejéis de subir en la montaña Suiza. Ni Dragon Khan, ni Shambala... La montaña suiza si que da miedo. Una tartana de madera, con un tío sentado a mitad de la vagoneta, que acciona una palanca a modo de freno. Una sensación de inseguridad total.
Montaña Suiza
Después del paseo por el parque de atracciones del Monte Igeldo, salí a correr media horita. Es bueno hacerlo, sobretodo después de más de 5h de viaje. Aunque viajé con las perneras compresivas de 2XU que van de fábula, aun así es importante un poco de activación y sudar. Ducha rápida, y a cenar para no irme a descansar demasiado tarde, que al día siguiente había que madrugar.
Preparado para el gran día. Cargando sales con TotumSport, iba a hacer calor!!!
La Carrera:
Una vez en la salida, el ambiente era una maravilla. La sensación es que todos los corredores van a correr la carrera,  no una carrera. Dejé mi bolsa en el guardarropa, y pasé un rato de relax y charla con los componentes del Running Sant Miquel. Da gusto estar con ellos. A veces cuando vas con la idea de hacer una buena carrera, pero no llegas con plena confianza, en los momentos previos puedes tener sensación de un punto extra de nerviosismo, pero estar con un grupo de gente que salen a divertirse y correr por placer, dan un buen rollo que ayuda recuperar la calma.
Con los Runner del Col.legi Sant Miquel
Llegaba el momento de empezar a calentar, poner el motor en marcha y aprovechar que salía detrás de las sillas de ruedas y los patinadores para ver la salida de las 2 pruebas. Ver a los de sillas de ruedas siempre es especial. Gente luchadora, de la que se pueden aprender muchos valores y que son un gran ejemplo. Detrás de ellos los patinadores. Que me dejaron la sensación de estar viendo a un pelotón de ciclistas. Tanto por la indumentaria, como por la formación de carrera, incluso por el sonido que generan las ruedas al deslizar sobre el asfalto. Vistas las salidas, llegaba el momento de entrar en el cajón. Justo a mi lado tenía a Chema Martinez y Alma Cupcakes, que llevan un buen cachondeo. Entre fotos y vídeos se les pasó rápida la espera. A las 10 en punto se ponía en marcha la carrera.
Foto de Chema Martinez
La gente salía con muchas ganas. Era importante no dejarse llevar por la masa, la ilusión y los ánimos del público. A la que pude, eché un vistazo al gps para controlar el ritmo. 3:18 los primeros metros. Por suerte rápido encontré mi ritmo, me pasaba gente, yo pasaba a gente. Así fuimos unos 3 kilómetros. Para mi 3 kilómetros eternos. Sensaciones horrorosas y bastante sufrimiento, para el tramo de carrera que era. En los repechos forzaba un poco, el pelotón poco a poco se rompía y llegando al km 2 se empezaban a abrir espacios, síntoma, de que llegaba el momento de entrar en un grupo, si no quería ir a contrapié toda la carrera, sobretodo porque el aire entraba de cara/costado con fuerza.
km 2,5
Entré en un grupo de 5 corredores, que poco antes del km 5 se iba a volver a romper. 2 tiraban con mucha fuerza bajando, otro se descolgaba él solo y yo me quedaba con otro corredor. Le dije que no se quedara, era importante que entre los 2 pudiéramos ayudarnos un poco. Estábamos en una zona muy abierta al paso por el km 5 (en 17:11) y en 500 metros empezábamos a subir Gaintxirizketa. Un puerto de casi 2 kilómetros, totalmente desprotejido donde el viento entraba con fuerza. Ya en el puerto buscaba mi ritmo. No encontré ninguna ayuda y me lo comí solo de principio a fin. Durante la subida fui pasando algún corredor, y en los últimos 200 metros forcé un poco para entrar con 3 corredores, que en el tramo que venía podían ser de gran ayuda. Tiré los primeros metros y después poco a poco fue pasando gente a tirar. Hubo un par, que nos metieron un tirón de narices. No se que sentido tenía, pero se fueron, y llegando al km 9 los volvíamos a coger. Paso por Errenteria lleno de gente. No cabía ni una persona más en las aceras. La piel de gallina.
Paso km 9 (Foto: Nerea Megaña)
Este grupo prácticamente no iba a sufrir alteraciones, y con esta configuración íbamos pasando los kilómetros. Paso por el km 10 en 35:45. Al final de Errenteria, subida a capuchinos. Un repecho corto, pero duro, de unos 500 metros, que picaba de lo lindo en las piernas.

Finalizado el repecho entrabamos en Pasaia, después de un ligero descenso. km 14,5. Seguía el público abarrotando las calles. Transición antes de empezar la última subida, al alto de Miracruz. Paso del km 15 en 53:36. Momento clave de carrera. Inicio de la subida a Miracruz. 2 de mis compañeros de carrera deciden dar un punto extra en la subida. En el km 17 se acababa el repecho, así que quería sufrir hasta arriba y ya bajando recuperar un poco de cara al último kilómetro, pero no podía con el ritmo y me quedaba.
Subida a Miracruz
Echando el resto coronando miracruz
Una vez arriba, coroné totalmente vacío. No me preocupaba en exceso, venía la bajada, y en el peor de los casos algo tenía que correr. Pero de eso nada, bajaba a 4:10 totalmente roto. Después de unos metros agónicos, pude recuperar y volver a ritmo decentes de 3:35-3:38. Apunto de entrar en el km 19 falso llano en subida que me acaba consumiendo la gota de gasolina que quedaba. Ritmo de 4:10-4:15 que ya no me iba a abandonar hasta el momento en el cruzara la linea de meta.
Km 19,5
Es duro ver como te van pasando corredores, después de haberte trabajado la carrera más de 17 kilómetros. Finalmente crucé la meta en 94ª posición, y un tiempo de 1h 13 min 25 seg. A toro pasado me doy por satisfecho, pero es verdad que en los momentos seguientes al cruzar la meta, la decepción era grande. Podía haber firmado un gran resultado, y al final se quedo en una buena carrera sin más.

Conclusiones y vuelta a casa
Si vuelvo, mi estrategia cambiaría poco. De hecho sería la misma, pero miracruz lo subiría con un punto de calma. Me permitiría perder algún segundo extra, y de esta manera poder afrontar la bajada con gas y poder hacer vía. Después de la carrera haría lo mismo. Ir a comer unos buenos pinchos para reponer fuerzas. Da gusto poder ir de tapeo por Donosti. Un buen sitio es el Bar Etxebe. No dudéis en pasar a visitarlos. https://www.facebook.com/BAR-ETXEBE-135885163092792/ Aquí tenéis el enlace de su página de facebook. Después de visitar el Bar Etxebe, de tapeo a otro sitio. Y así hasta no poder comer más.

Tapeo acabado, y vuelta a Barcelona de la mejor manera posible. Con bien de espacio para poder estirar las piernas y tener un buen viaje de vuelta. Música y lectura para amenizar el trayecto, pensando en poder repetir el año que viene.


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