23 de octubre de 2015

Crónica de una pájara no anunciada

El pasado domingo 18 de octubre, me tocó desenpolvar las bambas de trail, para participar en la Mitja del Castell del Papiol de 23,5 kilómetros y 1100 metros de desnivel positivo. Bastante bestia para tratarse de una carrera que transcurre por el parque de Collserola, pero cuando acabas la carrera te das cuenta que sí es posible, y te das cuenta de porque es posible. Y es que la organización ha conseguido trazar un recorrido muy bonito; sorprendente en alguna zona, con tramos técnicos y subidas de mucha dureza. En definitiva, si os gusta el trail, no perdáis la oportunidad de estar en la linea de salida de la próxima edición, porque vale mucho la pena.

Como he comentado, el circuito es sobresaliente. Muy bien marcado. Pasos kilométricos, indicaciones de pendiente y longitud de los tramos de subida, muchas cintas, marcas en el suelo, voluntarios y señalización en los tramos de especial peligrosidad. 4 avituallamientos en carrera. Liquido en el km 5 y líquido y sólido en el km 10, 15, 20 y meta. Paella al finalizar, servicio de duchas e hinchables para los niños. El precio dentro de lo normal en carreras de este tipo, pero la buena organización, da como resultado una calidad/precio excelente. Por lo que he sabido, la entrega de premios se retrasó más de lo normal y a nivel de asistencia médica se quedaron cortos. Por suerte no pasó nada y es una anécdota, no tengo la menor duda que el año que viene estará más que solucionado. Solo hace falta ver la ilusión y las ganas con las que trabajan, cada uno de los responsables de sacar adelante la prueba.

 Mi estado de forma es excelente. Las cosas como son. Estoy en un momento buenísimo, pero por desgracia no se que está pasando este año, que llevo ya más de 1 mes arrastrando la alergia y no tengo manera de quitármela de encima. Los días que no me afecta, entrenando las sensaciones y los ritmos son excelentes. En cambio los días malos, voy como buenamente puedo. Esta semana pasada he tenido que sumarle 3 días con un costipado bastante fuerte. Por suerte el sábado me noté mejor, y al no tener fiebre, el domingo me planté en la linea de salida.

En la linea de salida había corredores de mucha calidad. Así que ni por asomo me podía plantear pisar el podium. Salí a hacer una buena carrera y un excelente entreno pensando en la Behobia. No iba a tomar ningún riesgo en las bajadas y el resto de carrera ir haciendo a ritmo alegre, sin llegar al límite y aprovechar los avituallamientos para comer, beber e ir recuperando. 
Salida complicada. Bajada estrecha y con pendiente. Me dejé llevar bastante de los 20 primeros. Una vez cogimos un tramo más abierto y cómodo, busqué mi ritmo y fui pasando a gente hasta llegar a la posición 11-12 más o menos. Próximos al kilómetro 2 las posiciones ya estaban definidas, y los huecos entre corredores eran ya notorios. Ahí puse la velocidad crucero y empecé a disfrutar como un enano de la carrera.
Pasando el rio (Fuente:Runmagazine.es)
Cruzamos un rio, pasamos por subidas de bastante dureza, senderos rápidos y muy divertidos, así hasta llegar al kilómetro 5. Me paré a beber tranquilamente. Sin recrearme, pero con tranquilidad. Me puse de nuevo en marcha, otra vez ritmo controlado e ir haciendo kilómetros. Sensaciones excelentes en todo momento. 
KM 9
 Km 10 y 55-56 minutos de carrera creo. Me paré a comer un poco. Plátano, naranja, vasito de acuarios, agua y a correr.

Momento en el que me da caza Emilio
Intercambio de impresiones con Pedro Diaz
Salida del avituallamiento
Hice gran parte de este tramo con Emilio Fernandez, que me cogió en mi parada a avituallarme. Fue el ganador de la pasada edición. Comentamos un poco lo que quedaba de carrera y aprovechando un tramo más llano y favorable para correr, me separé de él. Así llegaba al kilómetro 15, donde encontraría un nuevo avituallamiento. Emilio me había dicho que la subida del kilómetro 18 era larga y dura, pero que una vez pasada, era muy favorable hasta meta. Teniendo en cuenta eso, quería tomarme con calma este avituallamiento.
KM 15
 Volví a comer un poco de plátano y naranja. Cogí también una galleta y me hidraté bien, con agua y aquarius. Me lo tomé con tanta calma, que la chica del avituallamiento me preguntó si estaba bien. Le dije que si, que simplemente quería recuperar un poco y comer bien.

Arranqué bien, decidido y tranquilo para afrontar la máxima dureza del día. Llegué al km 18. Efectivamente, la subida tenía mucha tela. No se veía el final. 880 metros de longitud, creo que marcaba la info de la subida. Empiezo a subir a ritmo lento y a los 100 metros me quedo clavado. Empecé a caminar. Una lentitud asombrosa. Estaba vacío. Ni un gramo de fuerza. Como narices iba a llegar a meta.
KM 19
 A 5 kilómetros de meta iba 9º, pero no podía avanzar. Que narices me había pasado? Había comido bien, no había ido al límite. Porque este pajarón? Empezaron a pasarme corredores. Uno tras otro. Veía como llegaban y se alejaban. Llegaba Ernest, compañero de equipo. Me daba un gel. Lo exprimí hasta la última gota. No paré en ningún momento. Si lo hubiera hecho ya no hubiera arrancado. Quería sentarme en una piedra y ponerme a dormir. 

Como buenamente pude llegué al km 20. No me gusta hacer estas cosas, porque se que por detrás viene más gente. Pero tenía que llegar a meta. Me bebí 3 vasos de coca cola, 2 pastillas de chocolate, plátano, naranja, pedí galletas, agua. Si en ese momento entro en un supermercado lo vacío. Después de tomarme mi tiempo y al trote, inicié los últimos 3 kilómetros. Suerte que era favorable, y con dejarme ir tenía suficiente.

Al llegar al km 21, se veía un arco hinchable rojo. El coche lo teníamos al lado aparcado, y a meta desde ahí no había más de 800 metros. En vez de tirar directos por el asfalto, nos desvían a la derecha. Ahí si vi clara mi retirada. Que sentido tenía seguir así. Ninguno. Llegue al desvío, y sin pensarlo seguí el recorrido. Un tramo precioso, técnico, pero que por desgracia no pude disfrutar nada.






Superado este tramo, la llegada al pueblo me pareció preciosa. No podía retirarme tampoco, después de que la organización quisiera contar conmigo en la linea de salida, no debía hacer ese feo. Estos detalles hay que agradecerlos, y que menos que cruzar la meta. La gente estaba  volcada con los corredores. Recibí muchísimos ánimos. Encaré los últimos metros en subida. Llegada bonita, pero matadora cuando vienes en las últimas. Crucé la meta con 2h 12 min en la posición 41. Perdí 32 posiciones y 12 minutos en solo 5 kilómetros. El tio del mazó me dio muy fuerte, pero resistí.
Llegada a meta (Fuente:Runmagazine.es)
Crucé la meta. Me senté en el suelo, apoyado en el pie de una valla. Llegaron los compañeros del equipo, enseguida aparecieron vasos de coca cola, agua... Un lujo estar rodeado de un equipo como este. Tienen una calidad que no se la acaban, tanto deportiva, como humana. Un lujo pertenecer al ashi team. 

Ahora solo espero quitarme de encima los restos del costipado, y que esta experiencia sume de cara a la behobia de dentro de 3 semanas.

Destacar el gran trabajo gráfico que ha hecho la organización. Nunca he visto tantos tramos cubiertos por fotografos, en ninguna carrera. Mil gracias a la organización!!!

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